miércoles, 16 de mayo de 2018

LECTURAS DEL MIÉRCOLES VII DE PASCUA 16 DE MAYO SAN JUAN NEPOMUCENO MÁRTIR MEMORIA LIBRE (ROJO)


Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.







ANTÍFONA DE ENTRADA 

Éste es el varón que no fue abandonado por Dios en el día del combate; recibirá su corona, porque cumplió fielmente los mandatos del Señor. Aleluya. 

ORACIÓN COLECTA

Señor, tú que otorgaste a san Juan Nepomuceno valor para morir y no ceder ante los perseguidores, concédenos su fortaleza para callar por tu amor cuanto pueda lesionar al prójimo. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Ahora los dejo en manos de Dios, que puede hacerlos crecer y alcanzar la herencia prometida.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 20, 28-38


En aquellos días, Pablo dijo a los presbíteros de la comunidad cristiana de Éfeso: "Miren por ustedes mismos y por todo el rebaño, del que los constituyó pastores el Espíritu Santo, para apacentar a la Iglesia que Dios adquirió con la sangre de su Hijo.


Yo sé que después de mi partida, se introducirán entre ustedes lobos rapaces, que no tendrán piedad del rebaño y sé que, de entre ustedes mismos, surgirán hombres que predicarán doctrinas perversas y arrastrarán a los fieles detrás de sí. Por eso estén alerta. Acuérdense que durante tres años, ni de día ni de noche he dejado de aconsejar, con lágrimas en los ojos, a cada uno de ustedes.

Ahora los encomiendo a Dios y a su palabra salvadora, la cual tiene fuerza para que todos los consagrados a Dios crezcan en el espíritu y alcancen la herencia prometida. Yo no he codiciado ni el oro ni la plata ni la ropa de nadie. Bien saben que cuanto he necesitado para mí y para mis compañeros, lo he ganado con mis manos. Siempre he mostrado que hay que trabajar así, para ayudar como se debe a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús: 'Hay más felicidad en dar que en recibir' ".

Dicho esto, se arrodilló para orar con todos ellos. Todos se pusieron a llorar y abrazaban y besaban a Pablo, afligidos, sobre todo, porque les había dicho que no lo volverían a ver. Y todos lo acompañaron hasta el barco.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


Del salmo 67

R/. Reyes de la tierra, canten al Señor. Aleluya.


Señor, despliega tu poder, reafirma lo que has hecho por nosotros, desde Jerusalén, desde tu templo, a donde vienen los reyes con sus dones. R/.


Cántenle al Señor, reyes de la tierra, denle gloria al Señor que recorre los cielos seculares, y que dice con voz como de trueno: "Glorifiquen a Dios". R/.

Sobre Israel su majestad se extiende y su poder, sobre las nubes. Bendito sea nuestro Dios. R/.



ACLAMACIÓN  Cfr. Jn 17, 17






R/. Aleluya, aleluya.


Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad. R/.

Padre, que ellos sean uno, como nosotros.

Del santo Evangelio según san Juan: 17, 11-19


En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: "Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me diste; yo velaba por ellos y ninguno de ellos se perdió, excepto el que tenía que perderse, para que se cumpliera la Escritura.


Pero ahora voy a ti, y mientras estoy aún en el mundo, digo estas cosas para que mi gozo llegue a su plenitud en ellos. Yo les he entregado tu palabra y el mundo los odia, porque no son del mundo, como yo tampoco soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los libres del mal. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

Santifícalos en la verdad. Tu palabra es la verdad. Así como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Yo me santifico a mí mismo por ellos, para que también ellos sean santificados en la verdad". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, el sacrificio de reconciliación y alabanza que ofrecemos a tu majestad en la conmemoración del santo mártir Juan Nepomuceno, para que nos lleve a obtener el perdón y nos haga permanecer en continua acción de gracias. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN. Sal 115, 15

A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. Aleluya. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Al celebrar con alegría esta festividad y habiendo recibido tus dones celestiales, te pedimos, Señor, que concedas a quienes en este divino banquete proclamamos la muerte de tu Hijo, que podamos participar, con los santos mártires, de su resurrección y de su gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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